El pasado mes de abril la Comisión Europea ha propuesto un Reglamento para la protección de los productos artesanales e industriales europeos en la Unión Europea y fuera de ella. Se entiende por «productos artesanales» los productos fabricados totalmente a mano o con ayuda de herramientas manuales o también por medios mecánicos, siempre que la contribución manual directa siga siendo el componente más importante del producto acabado. Y por «productos industriales» los productos fabricados de manera normalizada, por lo general a gran escala y mediante el uso de máquinas.
Productos como el vidrio de Murano, el tweed Donegal, la porcelana de Limoges, los diamantes de Amberes, así como el calzado elaborado en Elche, la piel de Ubrique, los cuchillos y navajas de Albacete en el caso de España, con reputación y fama europea incluso mundial, carecían de una protección de la UE de la indicación geográfica que vinculará el origen y la reputación de sus productos a su calidad.
La propuesta de Reglamento establecerá una protección a escala de la UE para las indicaciones geográficas de productos artesanales e industriales al igual que las indicaciones geográficas protegidas que ya existen para el vino, las bebidas espirituosas y los productos agrícolas. Esto servirá para garantizar una competencia leal entre los productores y facilitará acciones para luchar contra los productos falsificados. Además, ofrecerá a los consumidores el reconocimiento de la calidad de los productos, dándoles un valor añadido, y confianza a la hora de tomar decisiones de compra.
El producto que aspire a la protección europea deberá cumplir tres criterios precisos: Ser originario de un lugar o región específicos, cuya calidad, reputación o características sean singulares de su origen geográfico y que al menos uno de los pasos del proceso de producción se realice en la zona geográfica definida.
El futuro Reglamento permitirá un registro sencillo y económico de las indicaciones geográficas basado en dos fases y que sea compatible con la protección internacional de las indicaciones geográficas protegiendo sus productos en todos los países signatarios del Acta de Ginebra relativa a las Denominaciones de Origen y las Indicaciones Geográficas de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI).
Thierry Breton, comisario de Mercado Interior, ha declarado: «Europa posee un legado excepcional de productos artesanales e industriales de renombre mundial. Ha llegado el momento de que estos productores se beneficien de un nuevo derecho de propiedad intelectual e industrial, como el de los productores de alimentos y vino, que aumentará la confianza hacia sus productos, así como su visibilidad, garantizando su autenticidad y su reputación. La iniciativa de hoy contribuirá a la creación de puestos de trabajo cualificados, especialmente para las pymes, y al desarrollo del turismo también en las zonas más rurales o económicamente más débiles».
Este marco de protección ofrecerá incentivos a pymes de productores para que inviertan en innovación de productos artesanales e industriales de alta calidad, mejorando de esta manera su competitividad con el fin de impulsar el crecimiento económico en dichas regiones europeas, promoviendo y mejorando el empleo con trabajos altamente cualificados y dando un empujón al turismo atrayendo a turistas a dichas regiones.
Aunque no hay una fecha definida, Bruselas espera que el nuevo Reglamento entre en vigor en 2024.